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sábado, 27 de marzo de 2010

Empiezo a estar bien.

Oír lo que decía me hizo atragantarme con mi propia saliva.

-¿Quién eres?-fingí no saber que era Alan quien me llamaba.

-Preciosa ¿No me recuerdas?-pregunto con voz seductora.

- ¿Debería?-pregunte borde.

-Sí, todas lo hacen- ‘’ Oh por dios que niñato’’ pensé.

-Yo no soy todas-dije irritada- Y pues suelo no recordar a gente idiota como tu.

-Oh! Que mi chica se enfada-solto una carcajada sonora.

-No soy tu chica.

-Vamos, no te hagas la difícil.

-No lo estoy haciendo, solo que no me interesas, además ¿Quién diablos eres?

-Ya veremos si en un futuro no te interesare soy Alan.

-Debía suponerlo, esa voz terriblemente ruidosa, tu enorme ego y ese atrevimiento encajaban contigo.

-Me conoces tan bien.

-Deja de decir estupideces ¿Para qué me llamaste? ¿ Y cómo conseguiste mi numero?

-Tengo contactos.

-No, si eso ya se ve.

-¿Saldrás conmigo?

-Eso ni tú te lo crees.

-Anda preciosa no te hagas de rogar.

-No es que lo haga, simplemente no quiero salir contigo.

-Si que quieres.

-No seas creído. Déjame en paz-grite, de pronto Christian me arranco el teléfono de mi mano y se lo puso al oído.

-Sabes, eres un animal tan irritante, si ella te dice que la dejes en paz pues dejala. No siempre tendrás a todas, ahora te toco perder. Ella es mía- Y colgó el teléfono yo petrificada en el asiento me puse a intentar asimilar lo que había pasado pero no pude, su beso me lo impidió.

jueves, 18 de marzo de 2010

¿Celos? o ¿Paranoias?

-Espero me llames-susurro y metio un papelito en el bolsillo de mi pantalon.
-¡Pero que mierda haces!-salto Chris y me alejo de Alan tan rapido como pudo y le dio un empujon fuerte haciendolo retroceder unos cuantos pasos.
-No te le vuelvas a acercar-advirtio Chris enfurecido.
-Eso ya lo veremos-rio Alan y cogio a Cynthia, esta estaba con una mirada victoriosa y ni siquiera se porque estaba asi, los dos rieron y se alejaron triunfantes. Enarque una ceja.
-¿Estas bien?-pregunto aun con el ceño fruncido Chris. Solo me limite a asentir , seguia atonita por lo sucedido.
-Te llevare a casa-volvi a asentir y nos encaminamos hacia su auto.
-Gracias-le dije timidamente al subir al coche.
-para que estan los amigos si no?-sonrio con unas de esas sonrisas que te dejan volando.
-Verdad-de pronto meti la mano a el bolsillo y vi el papel con el numero de Alan.
Me quede observandolo.
-¿Piensas llamarlo?-pregunto con cierto enfado en su tono de voz.
-tal vez- dije, no seria mala idea llamarlo, si lo llamo sera para escuchar lo que quiera decir y dejarle las cosas claras.
-!Tal vez¡-exclamo Chris.
-Si, lo llamare, quiero escuchar lo que dice.
-Pero y si es para algo malo.
-No creo que se tenga algo entre manos.
-¿y si te pide salir?
-pues lo aceptaria-menti solo queria ver hasta donde llegaria esta conversacion.
-¡Pero ni lo conoces!
-A ti tampoco y estoy en tu coche.
-Pero tu sabes mis intenciones, las de el no.
-Las de el no son malas.
-Oh claro! Acostarse contigo no es una intencion mala-lo mire sorprendida.
-¿De que hablas?
-Oh por dios! no me digas que no te diste cuenta, con esa mirada cualquiera se hubiera dado cuenta.
-¿! Que mirada?!
-Te deseaba con tan solo una mirada.
-¿Y es malo que alguien me desee?
-Es que no fue precisamente una mirada de ese tipo de deseo, fue otro.
-Demuestramelo
-No puedo.
-Pues no te entiendo-menti. Sabia perfectamente a que se referia Chris, el tal Alan queria una noche conmigo. Eso ni soñando lo tendria.
-Sabes-comenzo a decir y de pronto me agarro de la nuca cuidadosamente y me acerco a el-Se que el te desea de otra manera porque no te ve como yo lo hago-me susurro.
-¿Entonces como lo haces?
Entonces a escasos centimetros de nuestro labios el movil me comenzo a bibrar y eso daño todo el momento.
-¿Si?-pregunte cuando conteste el telefono aun con el corazon a 100 mientras miraba la cara apenada de Chris.
-Hola, preciosa..

miércoles, 10 de marzo de 2010

Parque de atracciones.


Las luces de colores se reflejaban en mis ojos y en el rostro de el.
-¡Vamos¡-dijo cogiendo mi mano-Tenemos tantas cosas que hacer, no acabaremos si te quedas aquí mirando-me jalo hacia la entrada-¡Disfruta!
No podía creer, tenían tantas cosas en mente, me sentía realmente bien, mejor que nunca.
-Has que esta noche sea inolvidable-me dijo parándose frente a mí una vez entramos-dedícame una de esas hermosas sonrisas que tanto me gustan-pidió, me lance a abrazarlo sin pensármelo dos veces y le susurre al oído:
-Gracias, seguiría en esa oscuridad si no estuvieras aquí-una lagrima salió, el tomo mi cabeza entre sus manos a la altura de sus ojos obligándome a ver su mirada.
-Hoy lo pasaras muy bien, no quiero lágrimas, contemplar tu sonrisa es mejor-beso mi frente.
Sonreí por el gesto.
-Así me gusta-me alejo y volvió a cogerme la mano, un choque eléctrico recorría mi cuerpo cuando lo hacía, pero intentaba disimular.
Había muchos juegos a mí alrededor, me había traído a un parque de diversiones, era precioso. Nunca había venido, en mi infancia, bueno no sé nada de mi infancia no recuerdo, pero cuando Charlotte me adopto, eso era nunca habíamos salido ni nada por el estilo, ella se pasaba de viajes y yo encerrada en mi cuarto.
No tardamos en comprar las entradas para los juegos, nos subimos a muchos de ellos y yo grite como nunca, aunque debo admitir que me gusto uno en especial, una casa de terror ¡Y vaya que daba miedo! Pero cada vez que me asustaba Christian me abrazaba a lo que sonreía a los fantasmas perversos que salían de allí.
-Ah sido alucinante-comente mientras me comía un algodón de azúcar.
-¡Ya vez! Ah sido increíble la montaña rusa-dijo Christian, el estaba tan feliz como yo.
-Ya, casi se me sale el alma allí-recordé el miedo que había pasado, pero eso no me quito la felicidad.
-te veías tan graciosa-se rio- me encanto verte, igual seguías preciosa-sonreí por el piropo.
-No le veo la gracia-intente parecer enojada pero Christian me miro enarcando una ceja a lo que yo no pude resistir y solté una gran carcajada-Gracias-agradecí por el piropo y por todo.
-Sabes-dijo después de un minuto de silencio-me encanto la casa de terror-lo mire a los ojos y sonreí.
-A mi también.
-Esto aun no ah acabado-advirtió.
-¿Aun hay más?-pregunte sorprendida.
-¡Claro!-respondió- Esta vez no pasaras miedo, eso espero-sonrió y me volvió a coger de la mano.
-Espera tienes algo en tu labio-se acerco y los rozo con el dedo gordo delicadamente poco a poco se fue acercando hasta que hubo un momento donde alzó la mirada y nos miramos a los ojos por un largo tiempo, deseaba lanzarme y besarle pero me resistí. Carraspee la garganta.
-Es mejor que nos demos prisa-sugerí. El se alejo y miro el suelo sonriendo por mi comportamiento.
-Si vamos-volvió a cogerme la mano. Lo que tenía en el labio era un trozo de algodón que el me lo había logrado sacar antes.
Llegamos a un puerto donde había pequeñas barcas, navegar por un rato sobre el mar era parte de ese parque de atracciones.
-¿Estás seguro?-pregunte cuando vi cuando costaba.
-Completamente-alquilo una barca me ayudo a subir y pudo convencer al señor de le dejase remar a él. Para estar solos sin alguien escuchando atrás.
-Qué precioso-murmure mirando el cielo estrellado y sus reflejos en el agua sobre todo el de la luna.
-No más que tu-aseguro Christian. Entonces lo mire me acerque y lo bese de nuevo comencé a sentir aquella maripositas en el estomago y una electricidad que pasaba con cada movimiento sincronizado de nuestros labios. El al principio se sorprendió pero después soltó los remos y me correspondió el beso.
-Lo siento-me aleje cuando reaccione y agache la cabeza avergonzada. No me había resistido.
-No tienes porque-levanto mi cabeza y me beso en la frente-me ah gustado aunque ya me explicaras a que vino eso-sonrió y siguió remando. El resto del tiempo hablamos de temas triviales, soltamos unas buenas carcajadas y algunas que otras miraditas y volvimos.
-Pero mira a quien tenemos aquí-Su chillona voz me hizo sentir un escalofrió.
-Hola Cynthia- saludo frio Christian.
-Se les ve muy felices-comento Cynthia con cierto resentimiento en la voz. Levante la vista y vi que venía acompañada con un chico alto pelo negro ojos grises y piel bronceada. Este no me dejaba de recorrer con la vista de arriba hacia abajo y viceversa.
-Les presento a Alan-lo presento cuando se dio cuenta de mi mirada.
-Christian podrías estar en su lugar-el susurro seductoramente.
-¡Vamos!-dijo Christian jalándome con el ceño fruncido.
-Espera-El tal Alan me agarro del brazo después de la cintura y me acerco a él.

lunes, 8 de marzo de 2010

¿Que se propone?


Sentí sus labios suavemente rozando los míos, no quería que parase pero debía evitar que siga-¡¿Pero qué haces!?-trate de parecer enojada alejándolo de mi.

-Lo siento- se disculpo agachando la cabeza.



-Mejor que me bajo del coche-dije intentado abrir la puerta pero él me detuvo.



-Lo siento de verdad, no pude evitarlo. ¿Vas a ver lo que te di?-ahí me acorde de lo que había puesto en mi mano, aun con el corazón acelerado y sintiendo ciertas mariposas en el estomago abrí cuidadosamente la mano y mire.



-Es, preciosa-me quede sin aliento al contemplar un colgante con forma de corazón y pequeños diamantes incrustados de color rojo y en medio una cerradura.



-Perteneció a mi familia, tiene una llave pero no ah sido encontrada-me conto, yo seguía contemplando maravillada el precioso corazón.



-Gracias-agradecí- pero no puedo aceptarla-se lo devolví, el, la cogió.



- Es especialmente para ti-sonreí-¿Puedo?-pregunto abriendo la pequeña cadena. Me gire y me puse la coleta un lado, sonreía mientras él me la cerraba cuidadosamente.



-Te vez hermosa-me halago una vez me di la vuelta para agradecérselo.



-Gracias de verdad.



-Cuando pueda te diré el porque te la di, cuando sea el momento-me guiño un ojo y arranco el coche.



-¿Pero por qué no ahora?-pregunte poniéndome el cinturón.



-Porque ahora no es el momento-respondió aumentando la velocidad.



-¿Puedo hacerte una pregunta?-pregunte después de un largo tiempo en silencio.



-Las que quieras.



-¿A que vino el beso?-recordando lo bien que me había sentido cuando lo hizo.



-Todo te lo diré cuando sea su momento-no seguí insistiendo y solo asentí.



-¡Llegamos!-aparco el coche.



-No me digas que…-baje del coche cuando Christian me la abrió y me tendió la mano para ayudarme salir.



-Si! Exactamente, hoy te la vas a pasar en grande-abrí mis ojos como platos.

domingo, 7 de marzo de 2010

Sorpresas


Comencé a sentir como mis mejillas se encendían. Poso su frente en la mía respiro profundamente y después rio.
-No te imaginas como me siento-se acerco más y más pero en el último segundo yo reaccione y me aleje.
-a las 7 nos vemos-le sonreí y baje del coche. No quise voltear para ver como se quedo.
Entre a casa y me apoye en la puerta, realmente me sentía también, sabía que ese chico me cambiaria la vida totalmente. Lo necesitaba. Se lo agradecería de todo corazón. Pase saludando con gran entusiasmo a todo el personal que se encontraba en la casa.
Charlotte, que es mi supuesta madre adoptiva, no llegaría hasta dentro de dos días. Mejor para mi, no tendría que soportar sus regaños.
Entre a mi cuarto y salte dejándome caer en la cama, me sentía tan bien, al fin podía sonreír, tenía un motivo para hacerlo, el. De pronto comencé a pensar que hubiera sucedido si ese beso hubiera llegado a realizarse, mi corazón se acelero de tan solo de pensarlo. ¿Por qué me aleje? Ah si, porque no quería enamorarme, exactamente, si algo sucedía, no quería que eso me hiciera tanto daño, y si daba ese beso, me enamoraría y eso por ahora, no estaba en mis planes.
Me metí al baño y llene la bañera, necesitaba relajarme ¿Y que mejor que una buena ducha caliente? Lleve mi Ipod y mi neceser, estaría allí un largo tiempo.
Odio a Cynthia, ya se los había dicho ¿Verdad? Es que no puedo dejar de hacerlo, me hiso la vida imposible y encima ahora intentaba alejarme de mi felicidad. Si, Christian me hacia sonreír, me sentía bien junto a él, aunque solo hayan pasado unas cuantas horas de haberlo conocido, lo que yo sentía al estar cerca de él era, mágico. Me reí otra vez y moví mis piernas salpicando todo el baño, me controle y me puse a escuchar una canción y poco a poco mis parpados se fueron cerrando.
‘’Mierda’’ pensé cuando me desperté y vi la hora en mi móvil, me había pasado la tarde en la bañera, de seguro estaba como una pasa. Faltaba tan solo 20 minutos para que Christian llegara ‘’Oh dios mío’’ pensé otra vez ‘’Estoy en toalla joder’’. Me mire y Salí corriendo.
Abrí el armario rápidamente y comencé a buscar desesperada algo que ponerme ‘’Tengo que ir de compras pero ya’’ pensé mientras encontraba unos pantalones negros rotos desgastados y que yo misma me había encargado de hacerles unos cuantos cortes y una blusa larga blanca con pequeños brillos de color turquesa, me recogí mi pelo negro en una coleta, repase la raya de mis ojos azules me puse rímel, perfume y salí corriendo, justo en el momento en que Chisthian salía de su coche.
-Estas preciosa-comento.
-Gracias-sonreí tímidamente. Abrió la puerta del copiloto y me hizo entrar después el entro en la puerta del conductor y me quedo mirando, me sentí un poco incomodad, me puse nerviosa.
-¿Tengo monos en la cara?-pregunte.
-¡Nada que ver!
-¿Entonces por me miras así?
-Porque me gusta verte-me aclare un poco la garganta en señal de nerviosidad.
-¿Puedo hacer una cosa?-pregunto acercándose.
-Depende-respondí- ¿Qué quieres hacer?
-Cierra los ojos y extiende las manos.- Lo mire no muy convencida.
-¡Vamos! Confía en mi- me dedico una sonrisa que me derritió y lo obedecí.
De pronto coloco algo en mi mano y la cerro, despues acaricio con delicadesa mi mejilla rozandome los labios y produciendo un ligero escalafrio en mi.
senti su respiracion cerca de mi y despues su boca en la mia.

sábado, 6 de marzo de 2010

¿De verdad está pasando?


Nuestras manos seguían cogidas y Christian apretó fuertemente la mía, me miro de reojo y me sonrió yo le devolví la sonrisa dudosa de porque él me la había dado.

-Yendo a clases-respondió el.

-Hay! No hablo de eso-sonó irritada-hablo de sus manos.

-Este es un mundo libre donde no hay ley que prohíba que no se puedan agarrar las manos-le guiño un ojo-Ahora nos vamos-la parto y con su mano cogiendo la mía firmemente me arrastro pero algo hizo que nos soltásemos giramos sorprendidos por el acto.

-Mira Christian- Cinthya se aferro a su brazo-¿Vamos juntos a clases? Y cuando terminen, si quieres, podemos ir hacer lo que tú quieras-se insinuó seductoramente y fue cuando pensé que mis minutos de felicidad habían acabado. Pero sucedió algo.

-No me apetece-Christian la alejo-Estoy con Allie y justamente esta tarde eh quedado con ella-Me sorprendió que no haya caído en los hechizos de Cynthia pero más me sorprendió lo que dijo al último.

-¿Ah sí?-preguntamos las dos al unísono.

-Si, así es. -Christian volvió a acercarse a mí y me paso el brazo por encima del hombro acto que hizo que mi corazón se me disparase y comience a palpitar frenéticamente.

-Pero es para que estés en mejor compañía-intento ganar Cynthia.

-Por eso mismo eh quedado con Allie.

-Pero te la podrías pasar de maravilla conmigo.

-No mejor que con Allie-las palabras que salían de su boca me sorprendían y a la vez hacían que una sonrisa en mi rostro apareciese. Cynthia se quedo petrificada y todos los demás que observaban con atención la ‘’platica’’ exclamaron un ‘’uuh’’ sonoro-Llegamos tarde a clase adiós- se despidió triunfante Cristhian de Cynthia y esta seguía parada en el mismo sitio como una estatua, y me coloco la chaqueta acercándome más a él.

-¿De verdad que quedamos esta tarde?-pregunte preparándome para un decisivo ‘’No’’.

-Paso a recogerte a las 7- le regrese a ver con una sonrisa y él lo hizo también.

-¿Alguna vez te dijeron que tu sonrisa es hermosa?-soltó de repente.

-No-respondí tímidamente.

-Me alegra ser el primero. Ahora ya lo sabes.

Christian coincidió conmigo en la mayoría de las siguientes clases y justamente esas clases se me pasaron volando, y en las que no coincidíamos lamentablemente la pasaba fatal porque no lo veía, todo el mundo me miraba raro y ah Cynthia no la volví a ver pero eso si nadie me quito la sonrisa que llevaba en mi rostro.

Comencé a pensar que pasaría esta tarde de camino a la salida. De verdad este día había sido increíble tal vez el mejor ¿Saben por qué? Por el simple hecho de que lo conocí.

-Espero que te alejes ya de Christian-Y ahí estaba otra vez Cynthia para evitarme el paso y hacerme otra vez la vida imposible.

-Tendrás que esperar mucho, no pienso hacerlo-respondí indiferente.

-No sabes lo que te pasara si no lo haces-me amenazo

-No tengo por qué tener miedo.

-Deberías-se acerco a mí y sus 3 chicas me rodearon.

-¿Pero qué haces?-su voz me tranquilizó. Todas voltearon a verlo.

-Intentando librarte de malas compañías. De nada-me fulmino con la mirada Cynthia. Christian se veía enfadado. Se acerco a mí y me aparto de esas.

-Pues líbrame de ti! No quiero salir contigo ya te lo eh dicho varias veces-le grito Christhian.

¿Varias veces? Algo me había perdido. Chisthian me agarro de la mano y me arrastro hasta su coche donde me hizo entrar y el con un ágil movimiento entro por la puerta del conductor y arranco.

-¿Qué demonios ah pasado?-pregunte atónita.

-Te dije que te protegería. Esa niña me tiene harto.

-Algo ah pasado-afirme.

-Intento seducirme de nuevo cuando fui a mi taquilla, casi logra besarme pero la logre apartar. Parece que me eh vuelto su blanco- tal vez eran celos lo que comencé a sentir. Había intentado besarle! Cada día la odiaba más. Fruncí mi ceño mientras miraba atentamente a través del cristal.

-¿Ahora qué te pasa?-pregunto aparcando el coche.

-Nada-respondí enfadada.

-¿Te has puesto celosa?-voltee a verlo.

-¿Cómo puedes pensar eso? Si solo nos conocemos desde hace unas horas-respondí nerviosa.

-Para mí no han sido horas-lo dijo como para sí mismo.

-¿Ah no?-pregunte intrigada. De pronto se acerco y tomo mi barbilla dejando nuestros labios a escasos centímetros.

lunes, 1 de marzo de 2010

Todo cambiara..


Mire el papel desorientada ¿Quién me lo habrá mandado? Contuve las ganas de mirar a mí alrededor y abrí el papel cuidadosamente.
“Das completo asco” Mis ojos se humedecieron de la rabia que sentía, alcé la mirada al sitio de Cynthia que me miraba con una sonrisa mientras las otras hacían lo mismo. Arrugue el papel y lo deje caer al suelo. Me recordé respirar profundamente y no explotar.
La tres primeras clases fueron una pesadilla, todas esas miradas en ti son incomodas, y encima cuando era cambio de hora me hacían caer o me tiraban bolitas de papel, Cristhian estaba allí, lo sabía porque logre ver su chaqueta negra y esos ojos verdes increíbles que me tuvieron hipnotizada por un momento.
Al fin llego el gran deseado Patio, donde yo solía subir a la azotea sin que nadie me viese y por un instante en todo el día, me sentía bien.
“Todo eso algún día cambiara Allie” Me repetía a mí una y otra vez. No pude evitar soltar una lágrima, todo esto era injusto, realmente injusto, porque si tienes vida deberías apreciarla y disfrutarla, pero yo no lo hacía porque no podía, no tenía motivos para hacerlo.
No pude evitar tumbarme en el suelo. El viento soplaba ligeramente, la temperatura estaba perfecta y ya casi me había secado. Cerré los ojos después de ver aquel cielo azul, y deje volar mi imaginación. Imaginé un mundo lleno de colores, todos sonreían, en especial yo, todo era diferente. Realmente me sentía bien aquí. Decidí abrir los ojos, el sol ya no me pegaba tan fuerte y quería saber que osaba a tapar mis rayos de luz.
Me encontré unos enormes ojos verdes, y una perfecta sonrisa que estaba cerca de mí. Me sobresalte
-¡Tu quien eres!-pregunte confundida, aunque aun no podía dejar de ver aquellos ojos.
-Lo siento, es que no pude evitar contemplarte-su voz, maravillosa, sonó con un poco de culpabilidad, entonces caí en la cuenta de que su chaqueta era negra. Cristhian. Comencé a recorrer cada una de sus perfectos rasgos. Enseguida me sonroje, y mi corazón se me acelero.
Baje la mirada y rápidamente fui hasta la puerta para bajar.
-Eh! Espera!-escuche su voz tras mi.
-¿Qué? ¿Ahora tu también vas a meterte conmigo?-le mire indignada-Si es así, anda suéltame un insulto y luego déjame en paz.-su rostro mostro confusión y después un brillo de suspicacia apareció en su mirada.
-Anda ven!-me cogió de la mano sin que yo me diese cuenta y me arrastro hasta donde yo estaba antes. Hizo que una descarga eléctrica recorriera mi cuerpo, creo que también el lo noto porque me soltó enseguida y me quedo mirando. Sonrió mirando su mano y me hizo sentar.
-Hacerte tal cosa no se me ah cruzado por la mente ni un segundo-su voz sonaba sincera-Eh visto lo que decía en el papel, perdona mi curiosidad-me miro y luego siguió viendo el cielo azul mientras hablaba-Eh visto lo que te han hecho en cambio de clase, eh oído los murmullos despiadados que te dicen al pasar. Odio a la gente así, y de verdad, yo no soy como ellos. Yo solo quiero acercarme a ti, hasta que tú me aceptes como amigo.-me miro y su precioso pelo castaño oscuro se movía al ritmo del viento, se veía tan…Perfecto.
-No necesito que te compadezcas de mi-Pronuncie con frialdad-eh pasado mucho tiempo sola-me pare y camine unos pasos luego le mire tratando de no babear-Además, si te ven conmigo, tal vez de pase lo mismo.-suspire y sin darme cuenta una lagrima caía por mi mejilla, trate de limpiarme pero él se levanto rápidamente y se puso delante de mí.
-No siento lastima de ti, solo quiero ser tu amigo-me acaricio el pelo y luego me acerco hasta su pecho.-Tranquila, te prometo que desde ahora, todo cambiara-de sus labios salían las palabras que necesitaba oír ‘’La felicidad ah llegado’’ oí una voz dentro de mi.-Y a mí no me pasara nada, ellos no me conocen aun- me alejo de su pecho y capturo una lagrima-No llores todo irá bien-no podía decirle nada, de verdad me sentía, como nunca.-Anda vamos, creo que acabo de escuchar el timbre-me dedico una de esas sonrisas que solo él podía darlas. Abrió la puerta y se encamino hacia abajo, yo le sostuve el brazo.
-De verdad.. gracias-susurre.
-¿Para qué están los amigos? Anda toma mi chaqueta, con la que tienes ahora te vas a resfriar-me puso su chaqueta negra y enseguida su perfume recorrió mi rostro.
-Pero, no hace falta enserio, toma-intente devolvérsela, el no la cogió.
-Cógela- no pude evitar obedecerle con sus ojos mirándome, nuevamente me cogió de la mano y me llevo hasta abajo, donde todo mundo regreso a vernos en especial Cynthia que luego se acerco.
-¿Pero qué haces?-inquirió enojada mirándonos a los dos y luego deteniéndose en nuestras manos cogidas donde frunció el ceño.