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sábado, 27 de febrero de 2010

Y Llegaste..


Otra noche más en vela. Últimamente no dormía, amanecía sentada en mi cama llorando, últimamente el dolor se intensificaba, últimamente todo era peor.
Me levante rápidamente, hoy es otro día de sufrimiento y mientras más rápido empiece más rápido acabara todo esto.
Estaba en el penúltimo año de secundaria, tendría que sufrir otro año, pero al menos a este solo le faltaban unos meses y acabaría, y tendría vacaciones, hasta que empezara otro. Sacudí la cabeza intentando sacar las imágenes que empezaban a recorrer mi mente.
Me mire al pequeño espejito que había en la mesita de alado de mi cama, y si no hubiera sabido que ese era mi reflejo, hubiera salido corriendo. Mis ojos estaban totalmente rojos, mi pelo era una maraña. Me pase los dedos por el pelo intentando desenredarlo y me limpie los ojos, luego me puse mis zapatos y salí del cuarto oscuro donde me había pasado encerrada todo este fin de semana y las tardes después del colegio.
No acostumbraba a ir en coche a pesar de que tenía el carnet para conducir, la primera vez que fui en coche al colegio fue trauman te para mí, me pintaron todo el coche con insultos, lo tuve que llevar a un lavadero para que lo limpiasen y nadie descubriera nada.
Llegue más temprano de lo que debía, la próxima vez procuraría ver la hora, ahora tendría que soportar a mi pesadilla.
En cuanto entre todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo y me vieron con cara de lastima o asco mientras cuchicheaban entre ellos cosas, siempre era lo mismo.
-Que el basurero esta por allá-comento una chica mientras pasaba a lado mía, la mire con ira.
-Ya empezamos mal de buena mañana-comento otra chica mientras me miraba de arriba abajo. Era raro, solo las chicas se metían conmigo, solo el género femenino. Todas las chicas alguna vez me sonrieron pero una vez que Cinthya, la chica ‘’popular’’ les hablaba, ellas se unían al resto. Los chicos no me decían nada, me quedaban mirando o simplemente me ignoraban, pero igualmente no hacían nada para evitar las humillaciones que pasaba.
De pronto sentí como caía al suelo, alguien me había empujado. Caí arrodillada, y entonces en ese momento apareció Cinthya, la chica con la que todos los chicos fantaseaban, la chica que todas envidiaban. Una imbécil para mí.
La típica californiana, bronceada rubia y de ojos azules. Patético. Sonreía con sus aires de superioridad mientras enrollaba una de sus mechas. Desee con todas mis fuerzas que no regresase a ver, pero mi deseo no se cumplió y al verme rio maliciosamente y se acerco a mí con sus ‘’fieles seguidoras’’.
-Pero mira que tenemos aquí!-su voz chillona dañaba mis oídos.
-Alguien apesta-anuncio una de sus seguidoras, Cloe.
-Se han olvidado de sacar la basura-Ellen también comenzaba a meterse conmigo, yo solo intentaba ignorarlas.
-Me encanta este recibimiento, a mis pies-al se la mirada con odio y luego me levante, cogi mi mochila y pase a lado de ella sin haberle dicho nada.
-Miren! La cucaracha intenta ignorarnos-la mire con gran desprecio.
-Váyanse a la mierda.-mi voz un poco temblorosa no ayudaba mucho. De pronto las tres comenzaron a reírse y tan rápido que no pude ver Cynthia me cogió del cabello jalándomelo fuerte.
-Mira, no te vengas hacer la valiente porque claramente tu y yo sabemos que no te va ese papel.-la cabeza me comenzó a doler un poco Cynthia me jalo más fuerte, extendió la mano para que Cloe abriese una botella de agua y se la diese, Cynthia la cogió, me soltó y sonrió masticando chicle victoriosa.
-Das lástima!-me dijo antes de tirarme todo el agua encima, cerré los ojos intentando no llorar. Cuando los abrí todos me miraban y comenzaron a reírse y de nuevo esa mirada de completo odio y asco por las chicas y pena por parte de los chicos se posaba en mí.
Me fui al baño corriendo a secarme, intentando no llorar entre y me saque la chaqueta y comencé a secarme y a escurrirme el pelo.
La despreciaba! Eso estaba claro, la odiaba con todas mis fuerzas. Me senté en el suelo arrimada contra la pared abrazando mis piernas y mi cabeza entre ellas comencé a respirar profundamente.
Solo tenía que resistir, no debía rendirme aun a vitaba en mi la esperanza de que todo esto cambiara, y que algún día sonreiría.
Me senté en mi sitio correspondiente intentando ignorar a las pequeñas risas y los murmullos de los alumnos. Mire que Cinthya sonreía con un brillo de maldad en sus ojos, entrecerré los ojos y luego desvié la mirada
El profe entro con una gran sonrisa, yo hice caso omiso a su aparición, abrí la ventana que había a lado de mi para que se me secase un poco el pelo y una ráfaga de viento acaricio mi rostro haciendo que un pequeño escalofrió apareciese en mi.
-Ah viajado por muchos lugares, es de Inglaterra y espero que lo reciban bien y todo ese rollo.-sonreí por la actitud del profesor.-Se llama Christian-yo seguía embobada mirando el cielo a través de la ventana. Pero no pude evitar sentir algo al oír ese nombre.
-Siéntate donde puedas-en ese momento el corazón se me acelero, escuche unos pasos y luego el chirrido de la silla a mi lado. ‘’mierda’’ ‘’no mires’’ pensé. ‘’otro más que contemplará mis humillaciones, genial’’ pensé irónica. El viento apareció de nuevo y nuevamente un escalofrió en mi hizo su aparición, tenia aun la chaqueta húmeda, cerré la ventana pero ni así dejaba de temblar. Intente no mirar al chico nuevo, uno más.
‘’ Tienes la felicidad más cerca de lo que crees’’ paso aquel pensamiento fugaz por mi mente y de pronto una papel doblado apareció en mi mesa.

domingo, 21 de febrero de 2010

Llantos..


La soledad y la oscuridad se han vuelto mis mejores amigas, inseparables las únicas.
La luna es testigo de todas y cada una de las lagrimas que han rodado por mis mejillas, todo el sufrimiento y el dolor, ella sabe que mi vida no tiene sentido que la luz hace tiempo que se apago, que mi estrella dejo de brillar, que mi alma se esfumo, que mi ángel me abandono, estoy completamente sola en este mundo, sufro en silencio, no quiero que la gente se ponga mal por mi culpa.
Mi corazón no tiene color, mis ojos no tienen brillo, mi rostro no tiene emoción, mis labios muestran una línea, ya no me acuerdo cuando fue la última vez que sonreí.
La felicidad se ah marchado de mi lado, y toda mi vida, si se puede llamar así, eh pasado sufriendo porque nunca eh obtenido los sentimientos que la gente necesita para crecer y saber que por algo está en este mundo, que tiene un destino. Pero yo, yo no tengo destino ni motivos por el cual seguir viviendo, aunque no sé porque sigo aquí, y no desaparezco de una vez, me eh roto la cabeza pensando en la explicación del porque, pero me eh rendido, creo que esa persona se divierte viéndome sufrir pero bueno, que se puede hacer, solo me queda adentrarme en lo más profundo de la oscuridad y ahogarme en mis lagrimas mientras agonizo.
A veces no tengo ni fuerzas para llorar, y hay veces que sin esfuerzo un mar de llantos se derrama por mis ojos. Aun sigo esperando a alguien que me haga sonreír, se lo agradecería.
Solo quiero que mi mundo deje de ser gris, que la tormenta escampe y que aparezca un gran arcoíris rodeando el oscuro mundo en el que vivo.
Lo admito, soy adoptada, mi supuesta ‘’madre’’ es una famosa modista soltera, siempre está viajando por lo que no pasa siempre conmigo, y las pocas veces que está conmigo, no nos llevamos bien, así que se puede decir que nunca eh tenido una madre.
Tengo mucho dinero, pero no me sirve de nada, el dinero no me compra la felicidad que necesito.
No tengo un pasado, no recuerdo nada de mi anterior vida, antes de que me adopten, no tengo ni pasado, mi presente es una mierda, y mi futuro, mi futuro será igual que mi presente, porque no creo que algo aparezca y me cambie totalmente la vida.
Voy a un colegio de mucho dinero, normal, pero también la paso fatal, porque soy el bicho raro y nadie se acerca a mí, todos se meten conmigo, en especial un grupito de chicas que son muy creídas.
Yo no deberia estar aqui, no le eh echo nada malo a nadie.
Ven, mi vida no es un cuento de hadas, mi vida es la realidad, y con la realidad yo me tendré que hundir. Solo me queda soñar, soñar un mundo en donde todo esto no es real, y donde yo sonrió.
Esta es mi realidad, mi historia, y espero que algún día cambie.